Seguro has escuchado expresiones como “reír hasta que duela la barriga” o “morir de risa”. Lo cierto es que reír —ya sea de forma genuina o incluso forzada, porque el cerebro no distingue el origen— es bueno para la salud y trae innumerables beneficios.
El Día de la Risa se celebra el 6 de noviembre, una fecha que invita a reflexionar sobre el impacto de este gesto simple y, lo mejor, gratuito en la calidad de vida.

Para Gabi Roncatti, risoterapeuta formada en Argentina —único país de la región con esa especialidad, ya que en Brasil aún no existe—, la risa es mucho más que una expresión de alegría: es una poderosa herramienta de bienestar físico y emocional.
“Siempre digo que la sonrisa es un acceso directo a nuestro interior, porque relaja, acoge y devuelve color a los días más difíciles. Es un remedio natural. ¡Y lo mejor: gratuito!”, afirma.

Gabi dirige el proyecto Rumo ao Riso, una iniciativa propia que lleva la risoterapia a los hospitales mediante música, literatura y payasada terapéutica, generando experiencias afectivas para pacientes, familiares y profesionales de la salud.
¡Los resultados son inmediatos! Niños que rechazaban la comida o sufrían dolores intensos, tras la visita, comienzan a interactuar, sonríen, olvidan momentáneamente el dolor e incluso piden alimento. Son pequeños cambios que generan grandes transformaciones a través de la risa.

“Es increíble el poder de la risa, del sonreír, de la carcajada. Nuestro cerebro no diferencia una risa forzada de una espontánea. Si el cuerpo entra en estado de risa, la persona ya cosecha los beneficios”, explica la especialista.
Eso sí: la risa no sustituye el tratamiento clínico, pero es un aliado esencial, especialmente en entornos hospitalarios. “Cuando unimos risoterapia con un buen acompañamiento médico, abrimos un espacio gigantesco para una recuperación más ligera, humana y llena de significado”, comenta Gabi.
En el Día de la Risa, la invitación es simple: ¡sonreír! Ya sea provocando la risa o dejándose contagiar por ella. Pequeños gestos, sumados, pueden iluminar rutinas y transformar caminos.
“Reír es un acto de valentía. Nuestra sociedad se acostumbró a la idea de que reír muy alto es feo, que reír demasiado es desesperación —como decía la canción de Frejat—, pero la verdad es que reír es la forma más bonita de recordarle al cuerpo que la vida late”, concluye Gabi.
¿Y tú, ya sonreíste hoy?
